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Neuro Arquitectura El Arte de Crear Espacios Sanos

La Arquitectura es el arte y la técnica de proyectar, diseñar y construir, modificando el hábitat humano, estudiando la estética, el buen uso y la función de los espacios, ya sean arquitectónicos, urbanos o del paisaje. Es la actividad humana cuyo objetivo es producir espacios habitables.

La arquitectura es un reflejo de la sociedad; pues gracias a ella se revelan la cultura y la forma de vida de sus habitantes. Es por lo tanto una extensión del ser; la cual influye e impacta directamente en la vida de las personas y en el paisaje.

La Neuro Arquitectura no es una disciplina como tal, sino una perspectiva desde la que observar la profesión. La neurociencia facilita conocimiento sobre cómo funciona el sistema nervioso ayudándonos a empatizar con los usuarios de los espacios que proyectamos, a entender que “no hay una sede central en el cerebro, sino que todo está distribuido entre montones de mapas sensoriales y motores en diversas áreas del cerebro.”

La arquitectura es experiencia, y está relacionada con la antropología, la sociología, la ecología, la neurociencia. Forma parte activa del ecosistema que habitamos, y está estrechamente vinculada con nuestras sensaciones.

La Neuroarquitectura se apoya en la Neuro Ciencia que es la Ciencia que estudia como el espacio afecta a la mente humana donde se prevalece la convivencia entre los Espacios Físicos con los Estados Mentales en búsqueda de equilibrio y bienestar. Podemos decir entonces que esta disciplina es el Arte de Proyectar Edificios Sanos.

La neurociencia facilita conocimiento sobre cómo funciona el sistema nervioso ayudándonos a empatizar con los usuarios de los espacios que proyectamos, a entender que “no hay una sede central en el cerebro, sino que todo está distribuido entre montones de mapas sensoriales y motores en diversas áreas del cerebro.” La arquitectura es experiencia, y está relacionada con la antropología, la sociología, la ecología, la neurociencia. Forma parte activa del ecosistema que habitamos, y está estrechamente vinculada con nuestras sensaciones.

El origen de esta disciplina data del año 1998, cuando dos neurocientíficos, llamados Fred H. Gage y Peter Eriksson, descubrieron que el cerebro humano es capaz de producir nuevas neuronas, incluso en edades adultas, en algunos entornos estimulantes. Por lo cual establecen aspectos claves a la hora de configurar los espacios para lograr que la mente se encuentre relajada,se prevalezca la salud y el bienestar tanto físico, mental y emocional del ser humano que habita en dicho espacio. La Neurociencia analiza cómo el espacio arquitectónico afecta el estado de ánimo de las personas. Tiene como función principal crear espacios para la felicidad, el bienestar, la productividad y la calidad de vida. Dando vida a edificios que reduzcan el estrés y la ansiedad de quienes lo utilizan.

En esta disciplina arquitectos y neurocientíficos trabajan mano a mano con el objetivo de diseñar espacios centrados en el funcionamiento del cerebro de quienes lo ocupan.

“El 90% del tiempo que las personas están despiertas lo pasan dentro de un edificio o en un entorno cerrado”

Al mejorar el Bienestar del ser humano facilitamos las funciones cognitivas(Conocimiento) que son procesos mentales que nos permiten:

  • Percibir
  • Seleccionar
  • Almacenar
  • Transformar
  • Elaborar
  • Recuperar la información del ambiente en el que circulamos (Enviromental * Medioambiente)

Al entender como nos relacionamos con el mundo que nos rodea usando nuestras funciones cerebrales podemos favorecer el diseño de todos los espacios como los destinados para:

  • Educación (escuelas, universidades, etc.
  • Recuperación ( Hospitales, sanatorios, clínicas)
  • Creatividad (Talleres, museos, espacios públicos)
  • Habitar (viviendas privadas, entidades públicas, espacios gastronómicos, etc.)
  • Movilidad (Transporte)
  • Espacios verdes

 

“El entorno donde estamos y vivimos cada día está cambiando la estructura de nuestro cerebro, y lo que es más, afectando a la expresión de nuestra información genética” Fred Gage.

Re Educarnos

La neuroeducación es la disciplina que estudia el funcionamiento del cerebro durante el proceso de enseñanza-aprendizaje: analiza el desarrollo del cerebro humano y su reacción a los estímulos, que posteriormente se transforman en conocimientos. Para que este proceso funcione de la mejor manera posible, diversos expertos han detectado que la emoción y la motivación son clave.

Y es que “el cerebro sólo aprende si hay emoción”, tal y como afirma el doctor Francisco Mora. Por esta razón, introducir la neuroeducación en el aula puede transformar la manera de dar clase y de abordar las diferentes materias a lo largo de los cursos escolares.

El diseño de los espacios educativos influye en el rendimiento de los estudiantes, para encontrar las claves del ‘tercer maestro’ que potencien su creatividad y su concentración y se consigue con amplitud visual, espacios abiertos que relacionen con paisajes naturales. Hoy en general los espacios construidos no están pensados para mejorar la vida de las personas, sino en atender distintos criterios entre funcionales y económicos que van desde la seguridad, la limpieza y el mantenimiento, todos importantes, pero no debemos dejar afuera aquel que justamente desarrolla al máximo nuestras emociones en forma positiva.

¿Por qué enseñar a los estudiantes en clases amplias, con grandes ventanales y luz natural es mejor y produce más rendimiento que la enseñanza impartida en clases angostas y pobremente iluminadas?

¿Es posible que la arquitectura de los colegios no responda hoy a lo que de verdad requiere el proceso cognitivo y emocional para aprender y memorizar, acorde a los códigos del cerebro humano y verdadera naturaleza humana y sean, además, potenciadores de agresión, insatisfacción y depresión?

¿Hasta qué punto vivir constreñido en el espacio de un aula, lejos de las grandes extensiones de tierra, árboles, no ha alterado los códigos básicos del aprendizaje y la memoria? Todas estas son preguntas actuales, persistentes, que inciden en la concepción de una nueva neuroeducación.

¿En qué medida los colegios, los institutos de enseñanza media o las universidades, que se han construido y se están construyendo en las grandes ciudades, modelan la forma de ser y pensar de aquellos que se están formando?

La neuroeducación pone énfasis en utilizar un enfoque emocional, ya sea en el ámbito educativo como en cualquier otro contexto de educación. Se hace indispensable la necesidad de crear espacios más humanos y saludables, que respondan a las necesidades de quienes los ocupan.

Estas necesidades pueden ser tanto estéticas como simbólicas, y es ahí donde entra en juego la neuroarquitectura. Desde el punto de vista educativo, conocer el desarrollo del cerebro durante la etapa educativa es clave para saber cómo generar un aprendizaje profundo, eficiente y significativo. En los años 60, el científico Paul MacLean propuso una clasificación denominada cerebro triuno que ayuda a entender mejor cómo funcionan las diferentes partes del cerebro. De esta manera, se descubre que el neocórtex es la parte del cerebro encargada de las funciones cognitivas superiores y que estas se van desarrollando desde el nacimiento hasta los 20 años de edad aproximadamente.

”La neurociencia es capaz de ofrecer herramientas para orientar a los profesionales y especialistas de la educación en la elección de recursos y metodologías educativas”, afirma Yolanda Nieves de la Vega, postgraduada en neuroeducación y profesora de la Universidad de Navarra. Una de ellas es la gamificación, es decir, el aprendizaje basado en el juego. La experta mantiene que la motivación y la emoción que se genera durante el proceso de juego, empleando herramientas como Kahoot!, son fundamentales para crear un aprendizaje significativo en el alumnado. Además, comenta que fomentar el trabajo cooperativo en contraposición al individualista o al competitivo incide de manera positiva en el rendimiento académico.

La neuroeducación se propone delimitar los periodos de desarrollo y encontrar las enseñanzas que más encajen en cada etapa, en función de la maduración de los diferentes circuitos o redes distribuidas en el cerebro y que codifican para funciones específicas. Lo anterior ayudaría a descifrar cuáles son las edades tempranas en las que es posible detectar síntomas o déficits que más tarde podrían interferir con la educación y la enseñanza, con el fin de lograr una intervención temprana, con tratamientos fundamentalmente psicológicos.

Sólo se puede aprender aquello que se ama (Francisco Mora Teruel)

La Propuesta entonces es diseñar entornos eficientes basados no solo en parámetros técnicos de legislación, ergonomía y confort ambiental, sino también en índices subjetivos como la emoción, la felicidad y el bienestar.

¿Cuántas veces has estado en un lugar, ya sea un parque, un proyecto de vivienda, un centro comercial, una casa, un edificio y te has sentido deprimido y ansioso o al contrario, feliz y emocionado?

Las neurociencias han demostrado que fabricamos más oxitocina y serotonina (las comúnmente llamadas hormonas de la felicidad), si nuestros entornos son agradables.

El neurodiseño o neurointeriorismo nos invita a reflexionar sobre una planificación de nuestros espacios que abarque los cinco sentidos, y cómo podemos diseñar entornos que promuevan el bienestar y la salud, a través de un proceso que nos invita a conectar con nosotros mismos, para llevarnos más allá de la simple decoración. A la hora de definir materiales constructivos y sistemas de instalaciones, los materiales no deben generar toxicidad, no viertan compuestos orgánicos volátiles, ni persistentes. Que no faciliten la proliferación de hongos, humedades y bacterias, que tengan un fácil mantenimiento.

Materializar el proyecto bajo criterios de BioConstrucción brindando pautas de cómo vivir en ese espacio y mantenerlo. Por ejemplo, qué productos de limpieza utilizar, cómo mantener esas condiciones en la vida útil del edificio, deberían ser hoy premisas indiscutibles. Todo dependerá del tipo de espacio, de los requerimientos del cliente y del entorno de la construcción.

Pensar espacios a través de los parámetros de la BIOCONSTRUCCION, minimiza el consumo y el impacto ambiental priorizando fuentes renovables, protegiendo los recursos naturales y favoreciendo los sistemas de construcción locales tradicionales con materiales y ciclos de vida sostenibles, además de la calidad del agua potable. Utilizando entonces, materiales naturales, no tóxicos, con la menor radioactividad posible, higroscópicos (que absorben humedad).

Equilibrar el aislamiento térmico con la acumulación de calor, también la temperatura superficial y del aire interior, minimiza la humedad en la obra nueva, serán recursos constructivos cuasi imprescindibles en un futuro a corto plazo y el diseño interior y arquitectónico estimulante para los sentidos, la fisiología y la ergonomía, proporciones y formas armoniosas las premisas.

Podemos enumerar en principio seis pautas esenciales al comenzar un proyecto bajo la mirada de esta disciplina.
1. Cuidar el wayfinding: Establece el usuario tipo (user persona) y realiza hipótesis sobre cómo sería su experiencia sensorial para ir de un punto a otro. Una línea temporal en la que aparezcan diferentes niveles sensoriales, a modo de partitura.
2. Diferenciar espacios según sus atmósferas olfativas: El olor es un parámetro que rara vez se tiene en cuenta en un proyecto. Busca una forma gráfica de contarlo y pon en valor esta dimensión tan relevante en la experiencia (muy ligada a la memoria).
3. Realizar mapas sonoros: En el caso del diseño de espacios educativos un aula bien insonorizada marca una gran diferencia. Los sonidos son también muy útiles para saber dónde estás, especialmente si careces de otros sentidos.
4. Crear tu catálogo de texturas: Agrupar qué texturas aparecen en cada entorno pone en valor el diálogo no visible que tenemos con el espacio. Puede ayudar a que los más pequeños (o los más mayores) a saber dónde están en cada momento. Sucede algo parecido con el color.
5. Realizar mapas de soleamiento y ventilación: Diferencia claramente las zonas frías de las cálidas, así como las húmedas de las secas. También en mecanismos de ventilación que sacarán a relucir la salubridad del proyecto. Recuerda, aire limpio, cuerpo sano.
6. Establecer Mapas fenomenológicos: Steven Holl dice que “los efectos secundarios de la arquitectura pueden ser más importantes que los primarios”. Dibujar cómo sería un espacio poblado por sus habitantes siendo usado, desordenado, posiblemente sucio demostrará que te has planteado cómo participará el entorno en el día a día de sus habitantes.

Finalmente entendemos que la Arquitectura Sensorial tiene como premisa diseñar espacios que mejoran la productividad y bienestar de las personas que lo habitan estimulando la percepción de todos los sentidos en entornos pensados para mejorar nuestra función neuronal. A través de sensaciones y emociones un edificio conmueve utilizando los recursos propios de la arquitectura de los sentidos.

El diseño sensorial es una revolución que ha transformado nuestro comportamiento individual y social. Conectar de forma integral con todo lo que nos rodea, nos permite tener una experiencia profunda del espacio y el entorno, agudizando nuestros sentidos y ampliando nuestros conocimientos.

Es un manifiesto de inclusión al dar a todos la oportunidad de explorar el mundo dentro de sus especificidades sensoriales y de recibir la información que les rodea de forma justa e igualitaria, permitiéndoles experimentar la alegría, la contemplación y reforzar nuestros
vínculos sociales.

Bibliografía

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Cuad. Bioét. XXIII, 2012/2a, escrito por Natalia López Moratalla

Esta colaboración ha sido enviada por Florencia Zampieri, Arquitecta Urbanista. Profesora Universitaria. Artista Plástica. Asesora Imagen.
Especialización como Coach Personal en Profesorado de la Universidad Antonio de Nebrija en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior, Especialización en Neurociencia Cognitiva, Neuro Arquitectura & Psicología Ambiental en Profesorado de la Universidad Antonio de Nebrija en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior.
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