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Neuroiluminación > Artículos de: Serena Dradi

El simbolismo de la luz en la Casa Curutchet

En el presente escrito se profundiza sobre el simbolismo y el significado de la luz en relación con la Casa Curutchet obra del arquitecto suizo-francés, Charles Édouard Jeanneret, apodado, Le Corbusier en la ciudad de La Plata (Arg.) a partir de su morfología, discurso arquitectónico, orientación y localización urbana. Se propone reflexionar sobre la incidencia que la luz natural produce en el hábitat humano. Le Corbusier postula en la Casa Curutchet el propósito y protagonismo que merece la luz natural a partir del diseño, la articulación de elementos arquitectónicos, la pureza del color blanco y la permeabilidad visual frente al oriente, el recorrido del sol y el aprovechamiento de la naturaleza del bosque platense. Entender el juego de volúmenes bajo el sol no solo lleva a comprender el objetivo de la arquitectura sino también cómo las emociones son el recurso esencial de esta obra de arte. Casa Curutchet La Casa Curutchet símbolo de modernidad, única obra de Le Corbusier en Latinoamérica declarada Patrimonio de la Humanidad en 2016 por la UNESCO, bien podría definirse como el Monumento a la Luz, pero no a cualquier tipo de luz. Desde su discurso arquitectónico teórico, Le Corbusier ha definido a la arquitectura como el juego de volúmenes bajo el sol, un sol que define y delimita las decisiones humanas, en este caso las decisiones de un arquitecto que busca con sus obras lo digno de la emoción del habitar, para él un deber ser de la arquitectura era el conmover. La ciudad de La Plata preserva una joya histórica para la arquitectura moderna, símbolos de pureza y grandeza tecnológica que pone a prueba los grandes beneficios de la plasticidad del hormigón, si se observa su ubicación existe una arista donde comienza el simbolismo de la luz como recurso principal de la Casa Curutchet. Ubicada en el boulevard Le Corbusier, entre la Avenida principal número 1 y la Avenida número 53, mira hacia el Oriente una casa blanca y permeable capaz de ser atravesada visualmente, donde sus múltiples recuadros enmarcan el bosque platense que se desarrolla frente a él. La orientación que presenta esta construcción propone una fachada dirigida hacia el Oriente, hacia el Este, donde ve nacer cada día el Sol, luz natural y recurso inagotable que nutre y forma parte del funcionamiento de la Casa Curutchet y se proyecta en la emoción del ser humano. Esta casa, posee una ubicación que brinda hasta altas horas del día, por lo tanto, no es necesaria la luz artificial ya que su organización espacial, sus alturas compartidas y sus cerramientos permiten el juego libre del paso de la luz que rebota y se proyecta en las superficies blancas que la intentan encerrar. En virtud de profundizar brevemente en la filosofía de su ubicación, se manifiestan varias aristas. Por un lado, su mirada a Oriente, símbolo de luz y sabiduría según las raíces masónicas que presenta la historia y construcción de la ciudad de La Plata, donde el bosque platense obtiene un rol fundamental, como también la importancia de la eterna búsqueda de conocimiento, algo que el arquitecto dejó plasmado en su discurso de la espiral del conocimiento y la mano abierta. Le Corbusier visitó en 1929 la ciudad de La Plata y recorrió a pie el bosque, algunas sedes de la Universidad Nacional de La Plata y Museos, estos se manifiestan en parte frente a la casa, la cual posee una visión amplia. Años después recibe el encargo del Dr. Pedro Curutchet, quien le confía ciegamente un lote muy particular, pequeño pero muy significativo con el objetivo de que el arquitecto deje una verdadera obra de arte. Si bien no pudo disfrutarla como debería, fue sumamente visionaria su mirada y ha sido de un legado histórico su decisión, y Le Corbusier siempre entendió qué potencial tendría. El Dr. Curutchet, en una entrevista realizada por el Arq. Daniel O. Casoy en la que el doctor dice “es el exceso de luz, la luz me gobierna, yo no gobierno la luz” (2018, p. 72). El potencial y fundamento de la luz para esta obra de arte permite la vivencia emocional que ofrece la espacialidad que construye a la casa tanto fuera como dentro, donde la luz atraviesa de manera longitudinal. Entonces ¿Qué tan importante fue la luz y la ubicación de la Casa Curutchet para Le Corbusier? De absoluta importancia, su discurso arquitectónico se basa en la luz que recibe esta casa, en la orientación justa, radica en el estudio del movimiento del sol y sus beneficios, tanto es así que la ubicación del árbol que se presenta en la separación interna de la casa fue pensada en base al recorrido del sol. En una entrevista que el Arq. Daniel Casoy realiza al Dr. Curutchet, le comparte la paciencia que llevó la construcción de la casa y un hecho puntual en relación con el sol, la plantación del árbol, al cual había sido estudiado minuciosamente por Le Corbusier, para que el mismo crezca fuerte y alto, algo que al comienzo el doctor sospechaba que era una idea que fracasaría por la morfología y altura en la que se encierra ese semicubierto, donde su escapatoria estaba destinada a un recinto muy pequeño descubierto. Pero Le Corbusier lo pensó y estudió sus ángulos, los recorridos, las orientaciones, el tipo de flora, solo eligió un árbol y ese árbol es la prueba empírica de su fe en la grandeza de la luz solar, esta casa es el Monumento a la Luz. La luz solar, el sol, simboliza para la casa, la sabiduría proveniente de Oriente, perteneciente a un legado histórico que comparte con la ciudad de La Plata. Simboliza la búsqueda y construcción del conocimiento, así mismo, la búsqueda de la perfección, el crecimiento y del progreso. Al mismo tiempo significa la esencia de la casa, una casa que parte en función de la luz solar, si se modificase su ubicación en esa misma manzana donde habita, su ecosistema no funcionaría ni sería capaz de llegar a algo similar,

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