Está sobradamente demostrado que la luz nos influye física y anímicamente. La falta de luz y/o la exposición prolongada a una inadecuada iluminación artificial puede generar problemas de visión en las personas, un efecto todavía más acuciante entre aquellos grupos poblacionales más sensibles, como los usuarios que están en edad de desarrollo. Por este motivo, la adecuada iluminación de las escuelas y otros espacios educativos, donde los estudiantes tienen que pasar muchas horas a lo largo del día, es sumamente importante.
Además de las implicaciones visuales, el debate sobre la transformación de los espacios académicos está encima de la mesa, ahora más que nunca. A las nuevas formas de educar, se ha sumado la digitalización del proceso educativo, tanto dentro como fuera de las aulas, y la convivencia de las clases presenciales con las clases On-line. Pero, ¿qué implicaciones espaciales y lumínicas tiene este nuevo enfoque?
Nuevas formas de educar: nuevos espacios para experimentar
El aprendizaje basado en proyectos o en la investigación se ha convertido en un modelo de educación del siglo XXI, un enfoque que se centra menos en el aprendizaje de hechos y más en la experimentación. Este nuevo modelo ha supuesto una ruptura con el paradigma de educación tradicional pues procura transformar la experiencia educativa actual. Prioriza la multidireccionalidad, es experiencial, humanista, colaborativo y multidisciplinar frente al enfoque tradicional más dogmático, unidireccional, competitivo y eminentemente científico tecnológico.
Esta nueva experiencia educativa, requiere una transformación de los espacios, siguiendo algunos de los siguientes criterios de diseño:
- Configuración “Open-Plan”: espacios flexibles y modificables, incorporando particiones móviles, así como mobiliario ligero y configurable, que se pueda adaptar al momento
- Integración de elementos naturales en las aulas, optimizando la captación de iluminación natural
- Espacios que permitan trabajar por proyectos, incluyendo diferentes ambientes dentro del aula
- Multidisciplinariedad y heterogeneidad como base de la conceptualización espacialofreciendo un amplio abanico de tipologías espaciales, con diferentes gradientes de privacidad y concentración, espacios que fomente el trabajo colaborativo y la creatividad, espacios destinados a promover el debate o las presentaciones públicas, …
- Adecuación a los ritmos individuales de aprendizaje
Además de la configuración espacial, las condiciones ambientales en colegios y otros centros educativos, juegan un papel fundamental en el proceso cognitivo. El confort debe ser tal, que no resulte un elemento de distracción para docentes y niños, y no debe descuidar ninguno de los siguientes elementos:
- Calidad del aire
- Calidad del agua
- Confort acústico
- Confort térmico
- Confort lumínico
Cómo influye la iluminación en los espacios educativos
La iluminación es un elemento fundamental con importantes efectos en la experiencia educativa.
Las aulas con aporte de luz natural, complementada con una adecuada luz artificial, proporcionan una iluminación dinámica, capaz de adaptarse al ritmo biológico y emocional de los alumnos. Como resultado se observa una mejora en la experiencia educativa, influyendo en el comportamiento tanto emocional como cognitivo de los alumnos, aumentando su nivel de concentración y motivación.
Ciertos estudios piloto, como los realizados en la Clínica de Psicología Infantil y Juvenil del hospital de Hamburgo por el profesor Schulte-Markwort, han demostrado que una correcta iluminación en el aula, en cuánto a intensidad, temperatura de color y dinamismo, ayuda a incrementar un 35% la velocidad lectora, a la vez que se reduce un 45% los errores en la comprensión.
Así mismo, también se demostró que una iluminación cálida reducía hasta un 76% los casos de hiperactividad en el aula.
La importancia de una buena iluminación de las aulas, y otros espacios de los centros educativos, reside en que la luz no solo nos afecta a nivel visual, sino que incide sobre distintos aspectos físicos y anímicos a partir de las propias características de la luz, influyendo en el rendimiento escolar de los alumnos.
La iluminación en centros educativos debe tener en cuenta la temperatura de color a la hora de diseñar cómo se van a tratar los diferentes espacios.
El hecho de contar con espacios cada vez más versátiles y flexibles en los colegios, como hemos visto antes, y entendiendo la importancia que la luz cobra en ellos, requiere que las soluciones de iluminación de las escuelas también adopten esa misma flexibilidad. Por tanto, deberemos dotar las aulas con un tipo de iluminación que permita controlar y regular diferentes itinerarios lumínicos para:
- Generar escenas dinámicas circadianas, que, mediante la variación de temperatura de color y flujos, y el uso de tecnologías con optimización circadiana como la tecnología LED Wellbeing, con una distribución espectral similar a la distribución de la luz solar, mejoren la sincronización tanto en niños como profesores de sus ritmos biológicos.
- Contar con escenas de iluminación específicas para cada una de las diferentes experiencias que se están desarrollando en el aula. Las condiciones ambientales pueden generar ambientes más propicios para la creatividad, el descanso o la concentración, y cada uno de estos estados requieren unas características de luz diferentes.
Estos itinerarios lumínicos nos pueden ayudar por ejemplo a generar escenas que fomenten la relajación (mediante una luz cálida de 2700 K y tenue) en momentos de transición, como la vuelta a clase después de momento de juego activo en el patio, y favoreciendo la vuela a un estado de concentración, a través del cambio progresivo a una iluminación más fría (4000-5000 K) y con un mayor nivel lumínico.
Vemos, por tanto, que una correcta iluminación va más allá de cumplir con los niveles lumínicos necesarios para poder ver y desarrollar la actividad, en buenas condiciones, según las indicaciones de la “Norma europea sobre la iluminación de interiores” (UNE 12464.1), de obligado cumplimiento para asegurar la “calidad y confort visual” y para “crear ambientes agradables y confortables para los usuarios”.
Iluminación para los más pequeños
Asegurar un elevado confort visual en los espacios donde los usuarios pasan un periodo prolongado es muy importante para la salud ocular y del sistema nervioso. Este aspecto cobra aún más relevancia si estos usuarios se encuentran en periodo de desarrollo, como es el caso de los niños en edad de aprendizaje.
Por ejemplo, controlar el deslumbramiento, directo (proveniente de la luminaria) o indirecto, es uno de los aspectos que más influyen en este confort visual, ya que pueden causar fatiga o situaciones de estrés.
Es importante priorizar:
- La utilización de luminarias con un adecuado control del deslumbramiento que favorezcan los índices de deslumbramiento (UGR) bajos de un espacio;
- Luminarias con ausencia de parpadeo o “flickering”;
En el caso de los alumnos del ciclo infantil y primaria, es importante extremar el cuidado de este confort, y considerar su relación con el entorno y su escala. La propia altura de los ojos de los niños, así como su mayor sensibilidad a las emisiones “azules” de la luz, al estar en periodo de desarrollo, los hacen más vulnerables a los deslumbramientos directos. En estos casos es recomendable el uso de las luminarias catalogadas como “Exentas de riesgo fotobiológico – Grupo 0” según la norma UNE 62471, norma que evalúa el riesgo de daño ocular o dermatológico de una lámpara o luminaria. Así cómo la priorización de iluminación indirecta.
Como ejemplo encontramos el caso de la iluminación de la Guardería Municipal la Morera, que alterna soluciones de iluminación indirecta en áreas de lactantes, con otras zonas con iluminación directa a través de las luminarias Fil y Kombic de Lamp.
Durante los primeros años de vida, coincidiendo con el primer y segundo ciclo de educación infantil, a nivel cognitivo se desarrolla la percepción del espacio y la representación simbólica o abstracta, a la vez que progresivamente se adquieren las relaciones de orientación y perspectiva. Por este motivo, contar con fuentes de luz con una buena reproducción cromática permite a los niños vivir y experimentar el espacio a través de sus materiales, formas y colores, mejorando el desarrollo cognitivo y la relación de los niños con su entorno.
Compromiso con el bienestar de las personas y el medioambiente
La iluminación además de ofrecer una mejor experiencia educativa, debe cumplir con los requisitos más elevados de sostenibilidad. La tecnología LED nos ha permitido reducir los consumos eléctricos, haciendo las instalaciones cada vez más eficientes desde el punto de vista energético. Además, la ausencia de mercurio en su fabricación supuso un aspecto positivo en comparación con otras fuentes de luz obsoletas como la fluorescencia.
Sin embargo, es necesario considerar otros aspectos relevantes en busca de soluciones cada vez más respetuosas con el medioambiente. La utilización de luminarias diseñadas con criterios de eco-diseño, concebidas como elementos modulares, separables para su reutilización, y aquellas que utilicen materiales reciclados contribuyendo a la reducción de la huella de carbono, como es el caso de las luminarias de Lamp realizadas con aluminio de extrusión reciclado, que supone una reducción de un 70% de las emisiones de CO2 emitidas durante su fabricación y una utilización de solo un 5% de la energía utilizada en el proceso original.
Esta colaboración ha sido compartida por Raquel Quevedo, Diseñadora de interiores especializada en Iluminación arquitectónica, ha tenido la fortuna de poder desarrollar su carrera en España, Jamaica, México y Chile. Apasionada del diseño, la iluminación y la arquitectura está absolutamente convencida de que el buen diseño no es un lujo sino una responsabilidad social. Actualmente trabaja como Directora de Marketing de la firma Lamp. El texto corresponde al artículo publicado en 12/04/2021 por la Revista Lightecture